Salidas profesionales

Los graduados o titulados en la Licenciatura en Filosofía se orientan preferentemente hacia la docencia y la investigación, pero también hacia la gestión culturall, tanto en la difusión periodística como en el mundo editorial, y hacia el asesoramiento de personas y grupos.

Los principales sectores de ocupación son los relacionados con la gestión cultural que depende de las administraciones públicas, las fundaciones o empresas de servicios culturales, tanto en el servicio directamente relacionado con la formación (cursos, bibliotecas, archivos, edición de libros, publicación de revistas y boletines, divulgación científica y del pensamiento), como en tareas más relacionadas con el ocio, la educación no formal, el análisis de la cultura, el periodismo cultural y con servicios de relaciones humanas.

También se valora mucho la capacidad de razonamiento lógico, la visión global y la claridad en el tratamiento de los problemas. Otro ámbito de trabajo es el asesoramiento ético en los comités de bioética de los hospitales y en los departamentos de recursos humanos.

Yacimientos de empleo para filósofos

En un estudio reciente sobre las perspectivas de empleo para titulados en Filosofía (texto completo: Yacimientos de empleo para titulados en Filosofía (PDF)), tras recopilar información y llevar a cabo minuciosos análisis comparativos, se llega a unas conclusiones y recomendaciones interesantes, que transcribimos:

La intención que guía este trabajo es, fundamentalmente, de sistematización de información dispersa, por lo tanto, no es un trabajo concluyente, ni cerrado. Nuestro ánimo es reflejar el estado de la cuestión.

La idea primigenia de que “algo se mueve en la filosofía” viene a ser, sin lugar a dudas, reclamar la operatividad de la Filosofía como elemento de resolución de problemas, fundamentalmente en el mundo laboral.

Preguntas frecuentes

Pero, ¿es operativa la filosofía?

Nosotros concluimos que sí. A lo largo del trabajo hemos detallado, cómo efectivamente:

  1. Determinadas empresas “cortejan” al filósofo.
  2. Desde ciertas instituciones académico-universitarias han reparado en ese “cortejo”, y están reestructurando planes de estudio, creando nuevas licenciaturas u ofertando posgrados (formación continua, másteres, doctorados...).
  3. Asistimos a un momento de revitalización de la filosofía y del filósofo, que cambia su perfil profesional tradicional, es decir, sale de la docencia y se incorpora a otros ámbitos recuperando el diálogo, la dialéctica como método resolutivo de problemas. Desde Grecia este ha sido el método filosófico por excelencia, de ahí, que el filósofo pueda ser un buen catalizador y canalizador de problemas.

Bien es cierto que los cambios detectados se encuentran en fase embrionaria, los avances son tímidos; pero se abre una nueva dinámica de renovación cultural en el mundo laboral, o por lo menos en ciertos entornos que consideran que las creencias, valores y actitudes sostenidas hasta ahora no conllevan un comportamiento beneficioso para el desarrollo personal-profesional y organizacional.

Si el hombre forma parte de varias comunidades, familiar, religiosa, política, también, forma parte de la comunidad empresarial donde se va a desarrollar gran parte de su vida; por eso se hace necesario un entorno laboral que pueda satisfacer mejor y más plenamente las aspiraciones personales, y como una guía para descubrir la realidad social verdaderamente acorde con el ser del hombre.

Nuestra idea es fomentar y cuidar la idea de empresa como institución social. Un modelo de empresa que se sitúe por encima de los intereses egoístas/individualistas y del colectivismo despersonalizador. Esta idea va asimilarse y desarrollarse en las intervenciones y actividades de Centro de Promoción de Empleo y Prácticas que tratará de establecer políticas y actividades que las refuercen, al ser dicho Centro el encargado de velar por la inserción laboral de los titulados de la Universidad de Granada.

Observamos que las Humanidades empiezan a ser importantes, por lo menos ciertos ámbitos dan testimonio de ello. Los siguientes datos lo reflejan:

  1. En 1995, los MBA del Instituto de Empresa, sólo accedían a ellos un 2% de licenciados en Humanidades; en 1999 son un 9%.
  2. En 1997, la Comunidad de Madrid, a través de su Dirección General de Universidades, y la Fundación Universidad-Empresa, lanzan un programa de prácticas remuneradas para estudiantes de todas las ramas de Humanidades.
  3. ¿A quién es más útil tener un máster? Sin duda, para integrarse en el mercado laboral, a quienes hayan cursado Humanidades, según un estudio del Circulo de Progreso realizado en 1999. Según Infoempleo, el 37,4% de las ofertas de empleo dirigidas a éstos titulados valoran la obtención de los estudios de posgrado, especialmente MBA en dirección de empresas. María Benjumea, directora del Círculo de Progreso, afirma que la demanda de este tipo de formación es cada vez más frecuente.
  4. La empresa petroquímica Dupont, con sede en Asturias. A través del Vicerrectorado de Posgrado y Títulos propios de la Universidad de Oviedo, abre su abanico de contratación a los licenciados en Filosofía (en esta empresa es fundamental el dominio del inglés y, a ser posible, otro idioma comunitario, preferentemente, alemán o francés).
¿Porqué ocurre esto?

Como apuntábamos en los objetivos, los entornos que se están generando son multidisciplinares, se necesitan distintos pilares que sostengan una organización, aunando trabajo cooperativo y creativo.

Ejemplo de trabajo multidisciplinar lo tenemos en 1977-78 con Charles Keifer, asesor organizativo, Robert Fritz compositor y músico, y Peter Senge, doctor en Filosofía y profesor en el Instituto Tecnológico de Massachussets. Los tres crearon el programa “Liderazgo y Dominio”. Cada cual aportó una característica o “filosofía personal” que interrelacionaron conjuntamente, a saber:

  • Robert Fritz manejaba el dominio personal.
  • La competencia de Charles Keifer era el cambio.
  • El dominio de Peter Senge eran los sistemas.
     
¿Cuál era su objetivo?

Que una organización aprenda, gracias a un grupo de personas que colaboran para potenciar colectivamente sus capacidades, para conseguir unos resultados que de verdad importan.

De esta colaboración surgió la publicación La quinta disciplina, libro fetiche en entornos organizacionales.

En Francia, se promueve una reforma escolar para que la gente que ha estudiado letras o humanidades tenga más posibilidades de acceder a Les Grandes Écoles, que abarcan desde la administración pública a la ingeniería o el comercio.

Si durante siglos las humanidades han representado la defensa e ilustración de la formación completa del hombre, es lógico recuperar la figura del filósofo para la vida cotidiana.

Para esto, es necesario que caigan muchos prejuicios y barreras. Pero es, sobre todo, desde las Universidades y las Instituciones superiores o profesionales donde deben empezar no sólo a caer barreras, sino a impulsar este nuevo modo de hacer y entender la filosofía. Salir de la confortable neutralidad que le otorga su “torre de marfil” y “contaminarse” de los problemas que le rodean.

¿Quién se ha de implicar en esta tarea?
  1. Las instituciones universitarias, ya sean Facultades, Escuelas, Centros de Formación y Empleo...
  2. Las administraciones públicas y privadas tales como: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Consejería de Trabajo y Desarrollo Tecnológico, Comunidades Autónomas, Instituto Nacional de Empleo...

Tanto las unas como las otras deberían promover, desde sus respectivas organizaciones, una política de formación (cursos, másteres, expertos, cursos de formación ocupacional, etc.) que permita la complementación de estudios y, con ello, una adecuación lo más acorde posible con las necesidades del mercado laboral, aprovechando su amplia preparación académica y personal así como las características propias que han desarrollado en sus indagaciones humanistas.

  1. La empresa tanto pública como privada, confiando y apostando por los titulados de amplia formación y capacidad organizativa.
  2. Los propios licenciados y licenciadas en Humanidades deben tener la iniciativa personal de dotarse de una formación complementaria, ya sean posgrados, formación continua, másteres, autoempleo, que haga posible su inserción en el mercado laboral y que permita no ser excluidos de éste.

Una actividad que puede involucrar a todos los anteriormente citados es la de fomentar las prácticas de alumnos en empresas o entidades colaboradoras. De hecho rara es ya la titulación que no contempla de una u otra manera la ejecución de esta actividad. Para ello, y ateniéndonos a las peculiaridades de las titulaciones de Letras, se podrían diseñar actividades que conjugasen la experiencia presencial en empresas o entidades con charlas, talleres, etc.

Esta actividad se ha evidenciado como un mecanismo eficaz de inserción laboral, como vía de conocimiento de las potencialidades profesionales de las diferentes titulaciones y como camino exploratorio de nuevas perspectivas formativas y laborales.